La calidad es perfecta Los ingredientes son perfectos La cantidad es buena Pequeños estudios en humanos indican que Ashwagandha puede ayudar a reducir el estrés, la ansiedad y la fatiga Mejora la calidad del sueño en personas con insomnio Mejora la función cerebral y ayuda a aliviar la ansiedad en personas con trastorno bipolar Usar Ashwagandha por vía oral durante hasta 3 meses es seguro. Las dosis grandes pueden causar malestar estomacal, diarrea, vómitos y, en casos raros, problemas hepáticos. Ashwagandha puede no ser segura para las mujeres embarazadas porque puede aumentar el riesgo de aborto espontáneo. No se sabe si las madres que amamantan que usan ashwagandha pueden transferir sus compuestos a la leche materna. Asimismo, se desconocen los efectos de la ashwagandha en las madres y los bebés que amamantan. Ashwagandha puede causar irritación gastrointestinal. Intervenciones farmacológicas Ashwagandha puede reducir los niveles de azúcar en sangre, lo que hace que no sea seguro usarlo con medicamentos hipoglucemiantes (por temor a que el nivel de azúcar en sangre baje demasiado). Debido a su capacidad para reducir la presión arterial, es posible que la ashwagandha no sea segura para las personas que toman medicamentos para tratar la presión arterial alta. Dado que la ashwagandha puede estimular el sistema inmunológico, puede interferir con medicamentos que lo inhiben, como ciclosporina, micofenolato, tacrolimus, prednisona y corticosteroides. La ashwagandha puede provocar somnolencia, por lo que la combinación de hipnóticos sedantes (utilizados para ayudar a dormir) con ashwagandha puede provocar mucho sueño. Ejemplos de estos sedantes incluyen zolpidem, eszopiclona, clonazepam, quetiapina y lorazepam. Ashwagandha puede aumentar los niveles de hormona tiroidea, por lo que los médicos controlan cuidadosamente la función tiroidea solicitando análisis de sangre a cualquier persona que tome hormonas tiroideas y ashwagandha al mismo tiempo.
